INGURUGELA (José Manuel Gutiérrez Bastida):
LA EVALUACIÓN EN LA AGENDA 21 ESCOLAR DEL PAÍS VASCO
Si entendemos la educación ambiental como una educación integral, entenderemos la evaluación como un elemento imprescindible de los procesos que desarrolla.
La evaluación debe ser un mecanismo intrínseco al propio proceso educativo y tener un valor multidimensional de forma que sirva para valorar los resultados obtenidos y proponer las mejoras necesarias.
Desde un punto de vista más funcional, la evaluación también sirve para enfocar o reorientar estratégicamente los programas así como para documentar la importancia de invertir en ellos, ya que “todavía hay que convencer a muchos para que inviertan en educación ambiental como un proceso de cambio social” (Tilbury, 2003).
La evaluación puede medir los resultados, analizar los procesos; enfocarse en quien aprende, en quien enseña; servir para formar, para sancionar; puede buscar el grado de satisfacción de sus participantes; puede ser realizada internamente, externamente, de forma mixta…
Distinguiremos, para facilitar la comprensión de los casos de evaluación, los programas implantados por instituciones u otros organismos, con bajos niveles de concreción, de los proyectos desarrollados por las escuelas, dentro de un programa más amplio y con altos niveles de concreción.
A) Proyectos de A21E de centros.
En el caso de los proyectos las evaluaciones, en general, corresponden a los agentes implicados en ellos. Deben tener como referencias tanto los resultados obtenidos como el proceso llevado a cabo. Se basan en indicadores y criterios de evaluación que se aplican a los objetivos planteados y tienen carácter formativo, ya que la propia evaluación actúa como elemento educador. Esta evaluación es importante tanto en el ámbito de la comunicación a la comunidad implicada, como en la detección de problemas. Normalmente, el programa que acoge el proyecto, establece qué tipo de evaluación y en qué momentos debe realizarse considerándose, comúnmente, tres fases (inicial, procesual y final), en el marco habitual de un curso, dos o, incluso, tres.
Es importante que esta evaluación ofrezca espacio a la autorregulación de los aprendizajes, a la regulación de la enseñanza, a la corregulación entre los agentes participantes.
B) Programa A21E.
Evaluación que se realiza en un momento trascendental de su desarrollo o a su finalización y la ejecutan las instituciones u organismos promotores. Su función es compilar los proyectos y experiencias realizadas, valorarlas y documentar los logros obtenidos en el proceso educativo con el fin de ajustar el programa que está en marcha o tomar nota de aspectos a tener en cuenta a la hora de realizar futuros programas.
Durante el curso 2005-06, las instituciones impulsoras promueven la evaluación del programa Agenda 21 Escolar (A21E) del País Vasco, con el fin de valorar la consecución de los objetivos previstos por el programa, las experiencias realizadas y elaborar una propuesta general de mejora de la calidad de la A21E, abierta a su discusión de manera participativa.
La primera labor consistió en realizar el diagrama de flujo del programa, entendido como proceso. El diagrama refleja la participación de las entidades promotoras, la institución formadora y asesora, la asesoría de ámbito local y la propia escuela (con el alumnado como principal protagonista, el profesorado como agente dinamizador, el personal no docente y las familias).
Posteriormente, se asignaron objetivos de evaluación a todos y a cada uno de los elementos y relaciones del diagrama. De esta manera surgieron objetivos de cara al propio programa, a las instituciones, a Ingurugela y a la escuela, sumando un total de 13 objetivos a los que se asignaron 58 indicadores.
El trabajo de campo se desarrolló a través de cuestionarios aplicados a los diferentes agentes y entrevistas con las comunidades escolares de una muestra de centros.
Los resultados están en la publicación de Ingurugela: Evaluación del programa Agenda 21 Escolar 2003-06 (http://numrl.com/evala21e0306).
C) Calidad en A21E.
Leff (2006) parte de que “La crisis ambiental es el signo de una nueva era histórica. Esta crisis civilizatoria es ante todo una crisis del conocimiento”, y por ello llama a repensar el mundo y la condición humana en la era posmoderna. En este contexto “la educación ambiental pretende ser agente de una transformación social” (Mayer, 2006).
La educación ambiental no es un simple cambio de comportamiento o poner papeleras de colores, es una compleja herramienta de cambio social que busca la sostenibilidad en una sociedad insostenible. Sin embargo, a más de 30 años de su surgimiento las experiencias de educación ambiental ofrecen caras muy diversas: desde las ancladas en la relación exclusiva con la naturaleza, a la de programas de complejas estructuras organizativas y de funcionamiento, que fomentan activamente la transformación social.
Iraunkortasuneko eskola / Escuela hacia la sostenibilidad
El sistema de evaluación de la calidad propuesto en el País Vasco se compone de:
A) Un sistema de indicadores y de criterios de calidad, tanto cuantitativos como cualitativos, que ayuda a comprender, explicar y representar una parcela o varias del desarrollo del programa A21E en los centros educativos. El sistema de indicadores cuenta con tres niveles de concreción: los seis objetivos de la A21E; seis indicadores con veintiún subindicadores, y cien criterios de calidad.
B) Una autoevaluación, a partir de un cuestionario que contiene los 100 criterios de calidad y que exige un aporte de evidencias por parte del centro escolar, con un claro objetivo de autorregulación.
C) Una auditoría externa. La Comisión Evaluadora de la A21E analiza el cuestionario de autoevaluación del centro (la coherencia con la que se justifican las puntuaciones y la solidez de las evidencias en que se apoyan), comprueba el clima escolar (implantación del programa en la comunidad educativa y visibilidad de la A21E en el centro) y eleva propuesta de reconocimiento Iraunkortasuneko eskola/Escuela hacia la sostenibilidad a los Departamentos implicados.
El reconocimiento consiste en una placa y una Bandera de Escuela hacia la Sostenibilidad. Durante el curso 2007-08 se nombraron las primeras 25 Iraunkortasuneko eskola/Escuela hacia la sostenibilidad.
A modo de conclusión
El tema de la calidad, y más en educación, es siempre un tema controvertido. La calidad es una cualidad que la sociedad mercantil utiliza para vender su producto, pero también es una cualidad social cuando la ciudadanía exige garantías a la hora de satisfacer sus necesidades o bienestar. Sin embargo, los valores, los principios y, sobre todo, qué procedimiento establece el estándar de calidad pueden ser diversos y estar enfrentados, lo que hace que no sea unánimemente aceptado.
En educación, además, definir la calidad de los centros puede correr el riesgo de pretender uniformizar propuestas educativas y hacerlas ajenas a su contexto social y ambiental. En general, en lo que si se está de acuerdo es en la necesidad de discriminar positivamente a los centros que llevan una trayectoria de trabajo coherente, contextualizado, con buenas prácticas, buenos procesos y buenos resultados.
Tras casi cuarenta años de viaje de claros y oscuros, la educación ambiental, también necesita reconocer cuáles son sus buenas prácticas, cuáles su procesos y resultados ejemplares. Y cuando hablamos de ejemplares no hablamos de recetas, hablamos de experiencias de las que podemos aprender por su sentido, por su capacidad de sensibilización, por su valor educativo, por su implicación en el entorno…, pero eso, experiencias o aspectos de ellas que puedan ser contextualizadas en otros entornos, nunca aplicadas miméticamente.
La educación ambiental nos da pistas claras para ello, nos ofrece objetivos claros desde hace muchos años. En la medida en que el desarrollo de programas o actividades haga que un centro se acerque en mayor o menor medida al logro de dichos objetivos, tanta o más calidad tendrán dichas experiencias. Tanto o más se podrán discriminar positivamente.
En la actual cultura de la fiscalización, la denuncia, la queja … esta iniciativa de reconocimiento promueve el aumento de la autoestima de la comunidades escolares, lo que incentiva a su vez la motivación, las ganas de seguir trabajando y de caminar hacia la sostenibilidad. Este ejercicio de aumentar la autoestima desde el exterior promueve la motivación, las ganas de seguir trabajando y de hacer las cosas tan bien o mejor que antes.
Por último, queda también seguir investigando los mejores métodos para evaluar el desarrollo de programas o acciones que en nombre de la educación para la sostenibilidad se están llevando a cabo, para analizar en qué paradigmas se sustentan, qué tipo de coherencia desarrollan entre los ideales que propugnan y la vida cotidiana del centro.
Gurutzne, Soraya, JoseManu eta Jon
(Euskadiko maila altuko ordezkaritza Ingurumen Hezkuntzako VI. Kongreso Iberoamerikar horretan)