Saludos,
vamos a iniciar una pequeña serie de reseñas a publicaciones que tienen unos cuantos años, pero que, sin duda se convirtieron en referente en la construcción de la educación ambiental.
Comenzamos por Primavera Silenciosa, de Rachel Carson.
En 1962, A los pocos meses de publicarse Our Synthetic Environment, sale a la luz el libro de la bióloga marina y conservacionista estadounidense Rachel Carson (1907-1964), Silent Spring (“Primavera Silenciosa”) que por su alcance, de alguna manera, cambió la manera de ver y sentir el mundo. El trabajo se publicó por capítulos en el diario The New Yorker y posteriormente salió a la venta en forma de libro. Carson ya era conocida por otros trabajos de biología, sobre todo marina. Sin embargo, en la década de 1940, cuando las campañas anti-plagas habían sido parte de las estrategias en la guerra del Pacífico, comenzó a preocuparse por el efecto de los pesticidas, el DDT en particular. Emprendió una recogida de información sobre el asunto y, a partir de 1957, empezó a llamar la atención de otras personas con el fin de realizar una demanda contra el Departamento de Agricultura los EE.UU. en relación con las fumigaciones aéreas en Long Island. El trabajo documentó los efectos de los plaguicidas en el medio ambiente y provocó un novedoso sentido de urgencia en los problemas generados por la actividad humana en el medio ambiente.
vamos a iniciar una pequeña serie de reseñas a publicaciones que tienen unos cuantos años, pero que, sin duda se convirtieron en referente en la construcción de la educación ambiental.
Comenzamos por Primavera Silenciosa, de Rachel Carson.
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Rachel Carson (Tomada de Wikipedia) |
Estos son algunos de los primeros párrafos de Primavera silenciosa:
(…) La comarca era famosa por la abundancia y variedad de sus pájaros y cuando la riada de las aves migratorias se derramaba sobre ella en primavera y en otoño, la gente llegaba desde grandes distancias para contemplarla. Otros iban a pescar en los arroyos que fluían claros y fríos, de las montañas y que ofrecían sombreados remansos en que nadaba la trucha. Así sucedió en remotos días, hace muchos años, cuando los primeros habitantes edificaron sus casas, cavaron sus pozos y construyeron sus graneros.
Entonces un extraño agostamiento se extendió por la comarca y todo empezó a cambiar. Algún maleficio se había adueñado del lugar; misteriosas enfermedades destruyeron las aves de corral; los ovinos y las cabras enflaquecieron y murieron. Por todas partes se extendió una sombra de muerte. Los campesinos hablaron de muchos males que aquejaban a sus familias. En la ciudad, los médicos se encontraron más y más confusos por nuevas clases de afecciones que aparecían entre sus pacientes. Hubo muchas muertes repentinas e inexplicables, no sólo entre los adultos, sino incluso entre los niños que, de pronto, eran atacados por el mal mientras jugaban, y morían a las pocas horas.
Se produjo una extraña quietud. Los pájaros, por ejemplo… ¿dónde se habían ido? Mucha gente hablaba de ellos, confusa y preocupada. Los corrales estaban vacíos. Las pocas aves que se veían se hallaban moribundas: temblaban violentamente y ni podían volar. Era una primavera sin voces. En las madrugadas que antaño fueron perturbadas por el coro de los gorriones, golondrinas, palomos, arrendajos y petirrojos y otra multitud de gorjeos, no se percibía un solo rumor; sólo el silencio se extendía sobre los campos, los bosques y las marismas. (Carson, 1980:14)
Rachel Carson en una de sus investigaciones de biologíamarina (Tomada de Wikipedia) |
Con esta publicación, según Daniel Einstein señala, “nació un movimiento de educación nueva” (1995). Primavera silenciosa se convirtió rápidamente en un catalizador para el movimiento ambientalista. Una fuerza diferente comenzó a surgir: la conciencia de la complicidad humana y de la participación de los valores públicos en el deterioro ambiental. La preocupación pública sobre los efectos de la industrialización comenzó a aumentar. Los eventos que se celebraban a favor del medio ambiente, así como a la atención sobre estas cuestiones, eran cada vez más populares.
Sin embargo, paralelamente, la figura de Carson fue corneada por los toros corporativos en todo el país, incluso antes de su publicación. Fue atacada violentamente con amenazas de juicios y con burlas, que incluían sugerencias de que ese científico meticuloso sería una “mujer histérica” cualificada para escribir un libro así. Un contraataque desmesurado fue organizado y dirigido por las empresas Monsanto, Velsicol, American Cyanamid –de hecho, la industria química en general– debidamente apoyadas por el Departamento de Agricultura, así como por la mayor cautela de los medios de comunicación. (Matthiessen, 1999)
Carson (1980) defendió que:
Es al público a quien se debe pedir que asuma los riesgos que comportan los insecticidas. El público debe decidir si desea continuar por el actual camino, y sólo puede decidirlo cuando está en plena posesión de los hechos. Con palabras de Jean Rostand: “La obligación de sufrir nos da el derecho de conocer”.
Estos y otros acontecimientos paralelos provocan que la clase científica también vea la educación como esencial para proporcionar a los y las estudiantes una conciencia acerca de las amenazas a la especie humana y estimular la reflexión y el debate sobre los problemas sociales y ecológicos de la humanidad. (Boyden, 1970, citado en Gough, 1997)
Primavera Silenciosa concluye:
El control de la naturaleza es una frase concebida con arrogancia nacida en la Edad de Neanderthal de la Biología y de la Filosofía, cuando se suponía que la naturaleza existía para la conveniencia del ser humano. Los conceptos y prácticas de la entomología aplicada, datan en su mayor parte de la Edad de Piedra de la ciencia. Nuestra alarmante desgracia es que una ciencia tan primitiva se haya armado a sí misma con la más moderna y terrible de las armas, y que al volverla contra los insectos también se ha vuelto contra la Tierra. (Carson, 1980)
A Sand County Almanac y Silent Spring, de Rachel Carson, son considerados los dos libros medioambientalistas más importantes del siglo XX. Ambos, junto con las pruebas radioactivas de los años 50, las evidencias de las consecuencias de la contaminación y otras dieron un impulso a la preocupación medioambientalista de la época. Comienza el movimiento ecologista.
Varios fragmentos accesibles en: Google Books.