3. ¿Cómo puede influir la EA en la política pública?
La EA, tanto inter como transdisciplinariamente, puede influir en las políticas públicas mediante la apertura de un diálogo entre las disciplinas académicas y entre las estructuras educativas y políticas; mientras se desarrolla la capacidad de los jóvenes para participar en los asuntos sociales y para contribuir en la toma de decisiones.
Desde el principio, creemos que la EA es a la vez política y social. A menudo se desarrolla vinculada a la sociedad organizada. En efecto, los problemas ambientales situados en su contexto se derivan, la mayoría de las veces, de actividades antropogénicas. En este sentido, una mirada crítica sobre las políticas públicas -o falta de ella- a diferentes niveles (escolar, regional, municipal, provincial, nacional, Internacional) es una parte necesaria de las posibles soluciones propuestas en un proceso de EA.
Además, la permeabilidad entre la escuela y la comunidad requiere de la colaboración entre los diferentes agentes sociales, educativos y políticos en la construcción de proyectos comunes que tiene en cuenta su contexto. Para ello, es importante avanzar en el proceso de construcción del diálogo interdisciplinario, que requiere estructuras educativas más flexibles (en particular en el nivel secundario), abiertas y adaptadas a cada entorno.
La EA desarrolla la capacidad de participar en los asuntos sociales (primero en la escuela y luego a nivel de comunidad) y, de esta manera, refuerza el desarrollo de la democracia participativa y el empoderamiento de la sociedad civil. Por otra parte, al transmitir una visión del mundo más interdependiente y el desarrollo de una la conciencia colectiva de la sociedad, la EA anima a los jóvenes a pedir a los responsables políticos a que realicen prácticas y estructuras de acuerdo con las ideas y valores que han desarrollado en el proceso de aprendizaje. Al aumentar el conocimiento sobre nuestro medio ambiente, la EA pone a prueba un movimiento popular de presión política para contribuir a las soluciones necesarias. La EA representa, para las instituciones educativas, un instrumento eficaz para perseguir la justicia medioambiental y los retos de la ciudadanía de la sociedad civil contemporánea.
Idealmente, la EA debe estar en el corazón de los sistemas escolares, como la educación ciudadana, para eliminar la lógica exclusiva del beneficio (en las palabras de René Dumont) en favor de una lógica de la convivencia que pueda llevar a la desaparición de la sociedad de la sobreproducción y del exceso de consumo.
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