Volvemos tras las vacaciones con un saludo de bienvenida y una publicación de Daniela García y Guilermo Priotto, Educación ambiental-Aportes políticos y pedagógicos en la construcción del campo de la educación ambiental, de la que extraigo la introducción.
La idea de este libro, es incitar a una reflexión ética, política y pedagógica en el marco de la educación ambiental (EA).
Pretende ser un aporte para profundizar y enriquecer el debate acerca del sentido formativo de las propuestas educativo ambientales que se impulsan desde los diversos escenarios locales y regionales de nuestro territorio. Es una invitación a repensar lo ambiental, y las propuestas en EA desde la complejidad.
Es propio de nuestro tiempo el reconocimiento de diversos y numerosos problemas ambientales, que van de la escala local a la global (perdida de biodiversidad, calentamiento global, perdida del patrimonio cultural de los pueblos, residuos urbanos, deforestación, desertificación, contaminación del agua, escasez de agua segura, contaminación por agroquímicos, entre tantos otros) y entendemos que estos problemas no surgen de manera aislada sino que se articulan como emergentes de un sistema de desarrollo humano a nivel planetario que nos pone ante problemáticas de tal complejidad que resultan inéditas en la historia de la humanidad.
En este marco, la crisis ambiental contemporánea es interpretada como producto del impacto del estilo de desarrollo hegemónico con emergentes en diferentes escalas: globales, regionales y locales. Es decir, asumimos que la crisis ambiental actual es un emergente de los modos de producción y consumo actuales y del sistema de valores que sustenta dicho modelo, anclado en la expansión del mercado como ideología, y el impacto que esto produce en la organización social y en los hábitos de consumo.
Todo esto, configura un amplio espectro de diferentes órdenes materiales y simbólicos que nos interpela como sociedad contemporánea, que devela la crisis del modelo de desarrollo actual, de los valores que estamos sosteniendo como sociedad y del principal dispositivo instaurado en la modernidad para legitimarlo: la fragmentación y homogeneización del conocimiento, así como la negación de los diversos grupos culturales, desconociendo que vivimos en un mundo plural.
En este contexto, la Educación Ambiental se constituye en un proceso fundamental orientado a la búsqueda de caminos alternativos que posibiliten la construcción de una sociedad diferente, justa, participativa y diversa.
En este proceso, consideramos fundamental desentrañar el sentido histórico de algunas nociones, tales como las de naturaleza, ambiente y desarrollo sustentable con objeto de comprender su construcción social. Entendemos que es fundamental dar esta discusión considerando que la misma contribuirá, por un lado a nuestra comprensión de la configuración del campo de lo ambiental y específicamente de la educación ambiental; y, por otro lado a re-pensar, indagar y problematizar los sentidos sociales de la educación y por ende del perfil ciudadano que se desea promover desde las diversas propuestas pedagógicas.
Entendiendo que la Formación Ambiental es un campo de conocimiento complejo y en construcción, en el cual se sostienen profundos debates epistemológicos y pedagógicos, este libro busca preguntarse sobre el sentido de los procesos educativo ambientales con el fin de que éstos, en el contexto de nuestras prácticas, se constituyan en procesos tendientes al cambio social.
Desde la década de los ´90 se piensa y trabaja en función de una EA orientada a impulsar procesos tendientes al desarrollo sustentable. De aquí la necesidad de posicionarnos como educadores ante los discursos antagónicos de la sustentabilidad. Ello implica cuestionar, por un lado los modelos de producción, distribución y consumo hegemónicos, como así también los modelos de conocimiento que instauró la modernidad. Por otro lado, cuestionar la idea lineal y monolítica de una sociedad inmutable, ya que conlleva la imposibilidad de pensar en clave de cambio. Sólo a partir de repensar la realidad como dinámica y en proceso de construcción, cabe la posibilidad de modificarla.
En este sentido, asumimos que la Educación Ambiental debe impulsar procesos orientados a la construcción de una nueva racionalidad social (sensu Leff). Procesos de reflexión crítica, de cuestionamientos de la racionalidad económica y homogeneizadora dominante que posibilite a las diversas comunidades legitimar sus saberes frente a los hegemónicos, ponerlos en común, producir y apropiarse de saberes para participar, autogestionar y decidir autónomamente.
Hoy tenemos la oportunidad y el desafío de pensar escenarios futuros, posibles y construibles; de gestionar en función de ello y a partir de la participación colectiva en los procesos de decisión. En consecuencia, de referenciarnos en una educación ambiental comprometida políticamente.
Pretende ser un aporte para profundizar y enriquecer el debate acerca del sentido formativo de las propuestas educativo ambientales que se impulsan desde los diversos escenarios locales y regionales de nuestro territorio. Es una invitación a repensar lo ambiental, y las propuestas en EA desde la complejidad.
Es propio de nuestro tiempo el reconocimiento de diversos y numerosos problemas ambientales, que van de la escala local a la global (perdida de biodiversidad, calentamiento global, perdida del patrimonio cultural de los pueblos, residuos urbanos, deforestación, desertificación, contaminación del agua, escasez de agua segura, contaminación por agroquímicos, entre tantos otros) y entendemos que estos problemas no surgen de manera aislada sino que se articulan como emergentes de un sistema de desarrollo humano a nivel planetario que nos pone ante problemáticas de tal complejidad que resultan inéditas en la historia de la humanidad.
En este marco, la crisis ambiental contemporánea es interpretada como producto del impacto del estilo de desarrollo hegemónico con emergentes en diferentes escalas: globales, regionales y locales. Es decir, asumimos que la crisis ambiental actual es un emergente de los modos de producción y consumo actuales y del sistema de valores que sustenta dicho modelo, anclado en la expansión del mercado como ideología, y el impacto que esto produce en la organización social y en los hábitos de consumo.
Todo esto, configura un amplio espectro de diferentes órdenes materiales y simbólicos que nos interpela como sociedad contemporánea, que devela la crisis del modelo de desarrollo actual, de los valores que estamos sosteniendo como sociedad y del principal dispositivo instaurado en la modernidad para legitimarlo: la fragmentación y homogeneización del conocimiento, así como la negación de los diversos grupos culturales, desconociendo que vivimos en un mundo plural.
En este contexto, la Educación Ambiental se constituye en un proceso fundamental orientado a la búsqueda de caminos alternativos que posibiliten la construcción de una sociedad diferente, justa, participativa y diversa.
En este proceso, consideramos fundamental desentrañar el sentido histórico de algunas nociones, tales como las de naturaleza, ambiente y desarrollo sustentable con objeto de comprender su construcción social. Entendemos que es fundamental dar esta discusión considerando que la misma contribuirá, por un lado a nuestra comprensión de la configuración del campo de lo ambiental y específicamente de la educación ambiental; y, por otro lado a re-pensar, indagar y problematizar los sentidos sociales de la educación y por ende del perfil ciudadano que se desea promover desde las diversas propuestas pedagógicas.
Entendiendo que la Formación Ambiental es un campo de conocimiento complejo y en construcción, en el cual se sostienen profundos debates epistemológicos y pedagógicos, este libro busca preguntarse sobre el sentido de los procesos educativo ambientales con el fin de que éstos, en el contexto de nuestras prácticas, se constituyan en procesos tendientes al cambio social.
Desde la década de los ´90 se piensa y trabaja en función de una EA orientada a impulsar procesos tendientes al desarrollo sustentable. De aquí la necesidad de posicionarnos como educadores ante los discursos antagónicos de la sustentabilidad. Ello implica cuestionar, por un lado los modelos de producción, distribución y consumo hegemónicos, como así también los modelos de conocimiento que instauró la modernidad. Por otro lado, cuestionar la idea lineal y monolítica de una sociedad inmutable, ya que conlleva la imposibilidad de pensar en clave de cambio. Sólo a partir de repensar la realidad como dinámica y en proceso de construcción, cabe la posibilidad de modificarla.
En este sentido, asumimos que la Educación Ambiental debe impulsar procesos orientados a la construcción de una nueva racionalidad social (sensu Leff). Procesos de reflexión crítica, de cuestionamientos de la racionalidad económica y homogeneizadora dominante que posibilite a las diversas comunidades legitimar sus saberes frente a los hegemónicos, ponerlos en común, producir y apropiarse de saberes para participar, autogestionar y decidir autónomamente.
Hoy tenemos la oportunidad y el desafío de pensar escenarios futuros, posibles y construibles; de gestionar en función de ello y a partir de la participación colectiva en los procesos de decisión. En consecuencia, de referenciarnos en una educación ambiental comprometida políticamente.
Extraído de:
García, D. S.y Priotto, G. (2009): Educación ambiental-Aportes políticos y pedagógicos en la construcción del campo de la educación ambiental. Jefatura de Gabinete de Ministros, Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación. Buenos Aires, Argentina.
Accesible en: http://www.ambiente.gov.ar/archivos/web/UCEA/file/Aportes%20Pol%C3%ADticos%20y%20Pedag%C3%B3cios.pdf
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