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martes, 22 de noviembre de 2011

Agenda 21 Escolar: tanto esfuerzo ¿merece la pena? - JoseManu Gutiérrez

A la hora de analizar los porqués de la educación ambiental podemos ir a los datos que ofrecen un montón de agencias y organizaciones o a las conclusiones ya realizadas por diversas personas o instituciones. En este último sentido, vamos a ver tan sólo cuatro especialmente significativas. La primera dice: «Somos unánimes en la convicción de que la seguridad, el bienestar y la misma supervivencia del planeta dependen ya de cambios en las estructuras institucionales y en el uso de los recursos». Seguramente, lo primero que se nos viene a la cabeza es que son palabras de algún ecologista verde-sandía (verde por fuera y rojo por dentro). Sin embargo, estas palabras aparecen en uno de los documentos más citados en los últimos 20 años: el Informe Brundtland (1987). Esto es, nada más y nada menos que una Comisión organizada por la ONU se atreve a escribir negro sobre blanco que el mundo funciona mal y que hay que cambiar las estructuras.
Vamos con la segunda:
«…nuestra civilización está en “proceso de colisión” con el mundo natural y “no quedan más que una o muy pocas décadas antes de perder la oportunidad de eliminar la amenaza que encaramos ahora y de que la humanidad se encuentre con una perspectiva (de recursos y servicios naturales) inconmensurablemente disminuida».
Seguramente, lo primero que se nos viene a la cabeza es que son palabras de algún ecologista catastrofista que más que verdes son de un negro que tiznan: todo lo ven oscuro. Sin embargo, estas palabras se escribieron en 1992 en el “Aviso a la Humanidad de la Comunidad Científica” (realizado por más de 1.500 científicos, entre ellos 99 Premios Nóbel). Nos están hablando de colapso, como las teorías que más tarde desarrolla Jared Diamond (Armas, gérmenes y acero o Colapso).
La tercera cita dice:
«No debemos escatimar esfuerzos por liberar a toda la humanidad, y ante todo a nuestros hijos y nietos, de la amenaza de vivir en un planeta irremediablemente dañado por las actividades del ser humano, y cuyos recursos ya no alcancen para satisfacer sus necesidades».
Estas palabras están escritas nada menos que en la Declaración del Milenio: Asamblea General de la ONU -2000.
Por último, y la mejor por reciente: “Tenemos el pie atorado en el acelerador y rodamos hacia el abismo”. No son palabras de Fernando Alonso o de Carlos Sainz. Estas palabras están dichas en diciembre de 2009, en Copenhague, por Ban Ki-Moon (Secretario Gen. ONU) en la célebre, por sus tristes resultados, Cumbre de Copenhague.
Pero, además de las conclusiones que han extraído estas y otras personas e instituciones contamos con datos como que:
- Estamos llegando al límite de los recursos:
   · El cenit del Petróleo-Peak oil: 2010 a producción mundial de petróleo llegará a su cenit y después declinará tan rápido como creció.
   · El del gas natural se prevé para el 2025.
- La población mundial está sufriendo escasez de agua; escasez de tierras cultivables…
- Sufrimos el proceso de cambio climático; también los de pobreza, falta de salud, de educación…;
-…
En definitiva, estamos en CRISIS. Carlos Taibo (UAM) nos marca tres crisis importantes:
- El cambio climático, proceso ya activo que no tiene ninguna consecuencia saludable
- El encarecimiento inevitable en el corto y medio plazo de la mayoría de las materias primas energéticas
- La sobrepoblación que afecta a buena parte del planeta
Por su parte, Albert Recio, de la UAB, marca otras tres: la crisis económica convencional, la crisis ecológica y la crisis de cuidado (relaciones entre las diferentes esferas de la vida familiar, mercantil, pública…). A éstas se les podría añadir todavía la crisis educativa, crisis de socialización y la crisis de eficacia de la ley.
Para analizar las causas vamos a ver lo que dicen dos documentos de entidades nada sospechosas de radicalismo. Por una parte, la Declaración del Milenio de las Naciones Unidas dice: «Es preciso modificar las actuales pautas insostenibles de producción y consumo en interés de nuestro bienestar futuro y en el de nuestros descendientes».
Por su parte la declaración del Decenio de la ONU para la Educación para el Desarrollo Sostenible cita: «La economía global de mercado en su estado actual no protege el ambiente y beneficia a aproximadamente a la mitad de la población mundial».
Es decir, la causa de la crisis está en el sistema económico imperante. El sistema económico de los países desarrollados basado en modelos concretos de producción, de tratamiento de residuos (contaminación atmosférica, acuática, terrestre…), de consumo, energético, de distribución de la riqueza, de relación con los países empobrecidos…
Como tantas y tantas veces, aún conociendo perfectamente el resultado del diagnóstico en el ámbito institucional global se apuesta por profundizar en el modelo económico (Autorregulación de los mecanismos del libre mercado, confianza en la cúpula del capital, liberalización del comercio internacional, privatización, desregulación…) y confiar en la tecnología (promover la eficiencia, las “energías limpias”, el reciclaje…).
Como vemos, por una parte, son soluciones que no cambian sustancialmente la problemática medioambiental, en muchos casos la empeora, y por otra, son soluciones de fin de tubería.
Se conocen las causas y, sin embargo, las soluciones adoptadas son como poner tiritas a las consecuencias. Ya nos lo decía el sabio: “No podemos solucionar problemas usando el mismo razonamiento que usamos cuando los creamos” (Einstein). Evidentemente, seguiremos generando o agravando los mismos problemas.



Ponencia aparecida en la publicación: Xornadas da axenda 21 escolar de Galicia. 2010 educando pola sostibilidade nos centros educativos. Dirección Xeral de Sostibilidade e Paisaxe  Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas. 
Xunta de Galicia.
Ponencia completa en: http://www.cmati.xunta.es/axenda21/wp-content/uploads/2011/08/LIBRO2010A21EG1.pdf (pá. 64)

jueves, 10 de noviembre de 2011

La sociedad ante el cambio climático. Conocimientos, valoraciones y comportamientos en la población española 2011

Traemos aquí una reseña de la investigación del amigo Pablo Meira, junto con Mónica Arto, Paco Heras y Pablo Montero, La sociedad ante el cambio climático. Conocimientos, valoraciones y  comportamientos en la población española 2011, publicado por la Fundación Mapfre.



El objetivo de este estudio sigue siendo el mismo que FUNDACIÓN MAPFRE definió en la edición presentada en el año 2009, es decir, conocer y explorar qué sabe, piensa y hace la población española con respecto al cambio climático, tanto en la esfera personal como en la colectiva. También interesa explorar qué es lo que espera y demanda de las administraciones y, lo que es más importante, indagar en qué aspectos existe predisposición a cambiar los estilos de vida. Tenemos la convicción de que una vez reconocida y aceptada la responsabilidad personal y colectiva en el problema, será más fácil avanzar en la búsqueda de soluciones globales en un contexto mundial.
[...]
El cambio climático (CC en adelante) es un problema del presente. Sin embargo,su dramática proyección convierte la visión y previsión de los escenarios futuros en un tema crucial, tanto desde el punto de vista de la prevención o evitación de los peores pronósticos —atendiendo a las prospecciones más pesimistas realizadas en 2007 por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC)—, como desde el inevitable tránsito por el camino de la adaptación que ya se está iniciando. 
Si bien el IPCC y, en general, la investigación científica sobre el CC, se ha centrado en la exploración de sus dimensiones biofísicas y económicas, también habrá que considerar, tanto en las estrategias de mitigación como en las de adaptación, los escenarios sociales en los cuales han de arraigar. Esta variable no es baladí, dado que su evolución condicionará en gran medida el éxito de las políticas de respuesta, comenzando por el hecho de que sean realmente demandadas, aceptadas y adoptadas de forma generalizada por la población. Como advierte Giddens (2010: 15), «por el momento, no existen políticas sobre el cambio climático. Es decir, no se ha llevado a cabo un análisis detallado de las innovaciones socio-políticas que deben emprenderse si se quiere que la aspiración a limitar el calentamiento global se pueda convertir en realidad». 
[...]
A diferencia de lo ocurrido en otros países, la certidumbre de la sociedad española sobre la existencia del CC no parece haber sufrido altibajos importantes en los últimos años. La mayoría de la sociedad española sigue convencida de que el CC es un fenómeno real y tangible, que ya está ocurriendo (79,2%). Por el contrario, una minoría todavía piensa que no está ocurriendo (8,5%). El 12,4% de las personas entrevistadas no supieron o no quisieron pronunciarse ante esta cuestión.
[...]
Son un 11% más las personas que se adhieren erróneamente a la idea de que «el CC está causado por un agujero en la atmósfera terrestre»; y son casi un 8% más las que atribuyen erróneamente el CC a un agujero en la capa de ozono. También suscita apoyos mayoritarios la falsa creencia en la lluvia ácida como explicación del CC (57,5%).
[...]
La sociedad española es relativamente homogénea en su representación del CC,
aunque el grado de amenaza y preocupación por el problema hacen variar su percepción y su respuesta. Estas variaciones dan lugar a cuatro segmentos.
Un sector de población mayoritario se define por su desapego y su indiferencia ante el CC (59,4%): la España desafecta.
Otro grupo importante que da señales de mayor preocupación por el problema del CC (29,6%): la España preocupada. 
Otro colectivo más pequeño que destaca por su compromiso con la participación ambiental (9,3%): la España comprometida. 
Y, finalmente, una porción minoritaria de la población descreída ante el CC (1,8%): la España escéptica.


Trabajo completo en la web de la Fundación Mapfre: http://www.mapfre.com/ccm/content/documentos/fundacion/prev-ma/cursos/La-Sociedad-ante-el-Cambio-Climatico-2011.pdf