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[...] los itinerarios de progresión no solo implican al conocimiento, sino también a las habilidades y destrezas necesarias para resolver problemas de la vida real y, por extensión, a la competencia científica. Lo indicado requiere la selección
de contextos personales y sociales relevantes para el alumnado, que constituyan verdaderos anclajes del aprendizaje que se desea promover (Sanmartí, Burgos y Buño, 2011). Así, se propone abordar el estudio de la energía mediante la familiarización con su comportamiento en sistemas reales de la vida, próximos y cotidianos.
Lógicamente, el aprendizaje nunca se consigue de una vez, por lo que también resultará recomendable emplear las nuevas ideas en distintos temas, de forma que el alumnado pueda aplicarlas en situaciones o contextos variados. En definitiva, los itinerarios de progresión proporcionan pautas útiles para delimitar qué tipo de tareas será capaz de resolver el alumnado, así como aquellos aspectos sobre los que debe incidirse para promover la construcción del modelo de energía deseable.
De acuerdo con todo lo indicado, planteamos a continuación, a modo de hipótesis, una propuesta de progresión en relación con el modelo de energía, que deberá ir desarrollándose gradualmente a lo largo de la educación obligatoria.
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Martínez Losada, C. y Rivadulla, J.C. (2015) ¿Cómo progresar en la enseñanza de la energía? Alambique. Didáctica de las Ciencias Experimentales, 79.
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