El movimiento Ciudades en Transición inició su andadura en el 2005, y desde entonces ya se ha extendido a países. Su principal objetivo es la búsqueda de nuevos caminos ante retos como el cambio climático y la disponibilidad decreciente de petróleo. No solo propone iniciativas como la creación de huertos colectivos y mercados de trueque, sino que reivindica la educación ambiental como práctica social transformadora.
Tomemos un barrio al azar, un territorio físico definido y abarcable, una población más o menos estable que comparte necesariamente el espacio y un conjunto de dinámicas rutinarias que pueden, o no, ser desarrolladas de forma colectiva. A continuación añádanse dos preocupaciones de carácter global: el pico del petróleo, o lo que es lo mismo, su disponibilidad decreciente en un futuro inmediato, y el cambio climático, y analícense sus consecuencias sobre nuestro entorno más cercano. Ante esta amalgama necesitaremos un utensilio colectivo para hacerle fren-te: un trabajo en comunidad que haga más resistente nuestro barrio a los futuros cambios. Mézclese todo con huertos urbanos, mercados de trueque y monedas sociales, entre otras actividades, y sazónese adecuadamente con espacios lúdico-festivos en los que poder celebrar conjuntamente con el vecindario cada uno de los logros alcanzados.
De forma figurada, esta podría ser una de las muchas recetas que, con el nombre de "iniciativa" o "comunidad en transición" (Transition Towns), están desarrollándose en la actualidad en muchas localidades del planeta; procesos colectivos y participativos en los que las comunidades deciden conjuntamente cómo hacer frente, a pequeña escala, a los problemas del cambio climático y el pico del petróleo. Iniciativas en las que la acción continuada en el ecosistema-comunidad permite un contacto directo de los participantes con la naturaleza urbana y no urbana que los rodea.
Y es aquí donde queremos desarrollar nuestra tesis: las iniciativas en transición son procesos participativos y educativos que se desarrollan en un determinado ecosistema-comunidad. Al facilitar el contacto directo con la naturaleza, constituyen una oportunidad para la educación ambiental que, a su vez, puede contribuir al éxito de estos procesos, promoviendo, capacitando, ampliando y mejorando los instrumentos de participación. La conjunción de ambos aspectos se presenta en este artículo como un aliciente para la elaboración de estrategias conjuntas en las que transición y educación ambiental se combinan con éxito.
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Estamos convencidos de que el establecimiento de puentes de colaboración entre el movimiento en transición y el de educación ambiental puede generar sinergias en lasque la transición se beneficie de la trayectoria práctica y teórica de la educación ambiental y, a su vez, la educación ambiental disponga de nuevos espacios en los que evolucionar, madurar y desarrollar acciones acordes con su propósito de acrecentar la justicia ambiental y social. El acompañamiento de los procesos de transición con estrategias educativo-ambientales significadas, reflexivas y críticas se presenta aquí como fórmula posible para subsanar una debilidad y, al mismo tiempo, como una oportunidad para reivindicar la educación ambiental como práctica social transformadora que está presente en iniciativas de nuevo cuño, pero de voluntades compartidas. (...)
Tomado de Miguel Pardellas, Lucía Iglesias y Pablo Meira: Iniciativas en transición. Nuevos escenarios para una educación ambiental comunitaria. CUADERNOS DE PEDAGOGíA. N° 439 NOVIEMBRE 2013.
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