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viernes, 18 de octubre de 2013

Huxley (1893) Evolution and ethics

Thomas Henry Huxley (1825-1895) fue un biólogo inglés tan defensor de la teoría de la evolución de Darwin que en 1860, en una discusión con el obispo de Oxford, llegó a afirmar que prefería descender del mono antes que de alguien como él.
Huxley tuvo mucha influencia en el sistema educativo de su época proclamando un amplio abanico de disciplinas para la enseñanza primaria, mientras que para la secundaria proponía dos años de estudios básicos y otros dos de estudios más específicos en algún área del conocimiento.

En medio del debate sobre la selección natural y su posible
influencia en comportamientos que benefician al individuo, en 1893, Huxley pronuncia una conferencia bajo el título de Evolution and ethics (“Evolución y ética”). En ella defiende la existencia de una oposición entre moralidad y selección natural y protesta contra la indiferencia moral de la naturaleza y de sus productos afirmando que: “Entendamos de una vez por todas que el progreso ético de la sociedad no depende de que imitemos el proceso cósmico de la evolución, sino de que nos opongamos a él”.

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Enciclopedia Larousse.
Fisiólogo británico (Ealing, Middlesex, 1825, Londres 1895).
Después de graduarse, se sacrificó la moda de la época, y participó en las grandes exploraciones naturalísticas. En 1846, se embarcó en un velero que lleva el Pacífico y en el norte de Australia. A su regreso a Gran Bretaña, que trajo muchos especímenes de plantas y animales, cogidos en cada parada, para hacer estudio de naturalistas y botánicos muy interesados ​​en la fauna y la flora distantes y aún poco conocidas. Pero estos "cultivos" se han convertido en tan interesantes ​​que el propio Huxley se hace naturalista y elige una carrera en las ciencias naturales.
Muy pronto publicará "Una historia de los Hydrozoa del océano". Conocido por su claridad pedagógica, este pionero de la biología de enseñanza práctica fue nombrado en 1854 profesor en el Colegio Real de Minas. Un poco más tarde, se convirtió, en la Universidad de Londres, profesor de fisiología y anatomía comparada, los materiales que ya se imparten en el Colegio Real de Cirujanos.
Cuando Charles Darwin publicó en 1859, El Origen de las Especies, Thomas Huxley  se convirtió de inmediato en un firme defensor de la nueva teoría, ya que también estaba convencido de que la evolución era "motivada" por la necesidad de los seres vivos de adquirir o ser modificardos para mejorar su condición.
Para reforzar esta creencia, Thomas Huxley trata de mostrar que existen fuertes vínculos y similitudes entre los humanos y los grandes simios. Escribió en 1863 Evidencia del lugar del hombre en la naturaleza, Thomas Huxley luchó gran parte de su vida para vencer la reticencia de la élite intelectual de la época, poco dispuesto a aceptar nuevas ideas sobre la evolución.

Tomado de la Enciclopedia Larousse.

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Imágenes tomadas de Wikipedia.

miércoles, 16 de octubre de 2013

Muir, J. (1911) My first summer in the Sierra.

John Muir (1838-1914), estadounidense de origen escocés fue el naturalista más prestigioso de la época, además de conservacionista y fundador del Sierra Club (la más antigua, amplia e influyente organización medioambiental de EE.UU.). Publicó más de 3.200 artículos promoviendo el estudio y la conservación de la naturaleza, divulgando sus saberes y descubrimientos. Muir, seguidor de los ensayos del naturalista Ralph Waldo Emerson, veía a la naturaleza como su hogar. El 30 de setiembre de 1890 es la histórica fecha del nombramiento del Parque Nacional de Yosemite, iniciativa de Muir.
Este naturalista, uno de los primeros naturalistas en alejarse de la visión antropocéntrica del mundo, nos deja esta reflexión: “Cuando tratamos de descubrir algo por sí mismo, nos vemos obstaculizados por su relación con todo lo demás en el universo” en su obra My first summer in the Sierra (“Mi primer verano en Sierra”) (1911).
En 1892, Muir y varios de sus seguidores fundaron el Sierra Club, en palabras de Muir, para “hacer algo por lo salvaje y hacer felices a las montañas” (según reza en la web del club). Muir fue el presidente del club hasta su muerte en 1914. Hoy en día, el Sierra Club tiene más de 1,3 millones de miembros y simpatizantes, siendo sus primeros objetivos explorar, disfrutar y hacer accesibles las regiones de la montaña de la costa del Pacífico, para publicar la información real acerca de ellos y promover la cooperación entre la sociedad civil y el gobierno en la preservación de los bosques y otros elementos naturales de la Sierra Nevada.

Publicación accesible en Open Library (inglés).

Imágenes tomadas de Wikipedia.

lunes, 14 de octubre de 2013

Marsh, G. P. (1864). Man and nature; or, Physical geography as modified by human action

A mediados del siglo XIX, una creciente preocupación por el estado del medio ambiente comenzó a tomar forma. En 1864, el diplomático estadounidense George Perkins Marsh (1801-1882) publicó el libro pionero Man and nature; or, Physical geography as modified by human action (“Hombre y naturaleza; o, geografía física modificada por la acción humana”). Se trata de uno de los primeros trabajos que documentan los efectos de la acción humana sobre el medio ambiente.
En dicha publicación, Marsh argumentaba que las antiguas
civilizaciones mediterráneas desaparecieron debido a la degradación del medio ambiente, fundamentalmente la deforestación –consecuencia del uso de la madera en la construcción urbana, naval, líneas férreas… y como combustible–, lo cual dio lugar a suelos erosionados que llevaron al empobrecimiento y disminución de la productividad del suelo. Además, encontró las mismas tendencias en otras civilizaciones. Este trabajo, a su vez, ayudó a poner en marcha el movimiento moderno de conservación y provocó la creación del Adirondack Park (en el norte del estado de Nueva York) por el Servicio Forestal de los Estados. Actualmente, a nivel estatal, es el parque más grande de EE.UU. y el Monumento Histórico Nacional más extenso.

Publicación accesible en: Google Books (inglés).

Imágenes tomadas de Wikipedia y Google Books.


sábado, 12 de octubre de 2013

Thoreau, H.D. (1854). Walden.

1854. Walden. Thoreau


Henry David Thoreau (1817-1862) fue un escritor trascendentalista estadounidense conocido por su publicación Walden (1854), publicado por primera vez como Walden o La vida en el bosque, donde detalla sus experiencias a lo largo de los dos años en los que vivió en una cabaña que construyó cerca de Walden Pond, en medio de unos bosques cuya propiedad pertenecía a su amigo y mentor de R. W. Emerson, cerca de Concord, Massachusetts. Al sumergirse en la naturaleza, Thoreau esperaba obtener, a través de la introspección personal, una comprensión más objetiva acerca de la sociedad. El libro es una reflexión sobre la vida sencilla en un entorno natural, y un ensayo sobre la desobediencia civil y la resistencia individual ante un estado injusto. Viene a ser una declaración personal de independencia, un experimento social, un viaje de descubrimiento espiritual y un manual para la autosuficiencia.

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Seisdedos, I. (2013). Thoreau, apóstol del 15-M... de 1845. El País (4 de junio).

“De todas las cosas inexplicables y extrañas, esta de llevar un diario es la más extraña. No se puede decir nada sobre ello. No tiene sentido decir que está bien, y tampoco decir que está mal”. Pese a tanta reserva, el pensador estadounidense Henry David Thoreau (1817-1862), autor de la anotación, construyó a lo largo de 24 años un corpus autobiográfico fragmentado de más de siete mil páginas. Una pequeña porción ve al fin la luz en español en la recopilación El diario. Volumen I (1837-1861), editada por Capitán Swing Libros con traducción de Ernesto Estrella.
Ya licenciado en Harvard, el joven escritor reflexionó acerca de la pertinencia del dietario en 1840. Cinco años después, decidió romper con la civilización y renunció al mundo en una cabaña construida por él mismo en un terreno que Ralph Waldo Emerson le cedió a orillas de una laguna en las inmediaciones de Concord, Massachusetts, ciudad natal de Thoreau. Tituló Walden el recuento de aquellos días. Mezcla de ensayo autobiográfico, tratado de sociopolítica y estudio sobre flora y fauna del lugar, le valió el ingreso en la historia del inconformismo. Dos años después, pasó una de las noches en el calabozo más célebre de la historia de la literatura, ganada por negarse a pagar sus impuestos en protesta contra la esclavitud. De ahí salió su clásico Desobediencia civil, manual de uso pacífico para líderes como Gandhi o Martin Luther King.
[...] Seguir leyendo.

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Tomado del boletín del CENEAM:

Francisco Javier Irisarri Vázquez (2013) Thoreau y la naturaleza: De Walden a la creación de los Parques Nacionales. Española de Educación Ambiental.


El filosofo Thoreau es un desconocido, especialmente en Europa, pero está considerado en EE.UU como uno de los filósofos que sentaron las bases de la concepción de la naturaleza que luego seguiría el pensamiento ecologista

La publicación recoge la investigación histórica sobre la formación del pensamiento ecologista, siguiendo el mismo hilo conductor a lo largo de todo su análisis histórico-filosófico para mantener una articulación bien centrada: La aparición de los primeros Parques Nacionales o Naturales.

La investigación está dividida en cinco capítulos:

    El primero, revisa los antecedentes históricos del concepto de parque 
    El segundo, se detiene especialmente en ver su influencia en la filosofía que aparece en los Estados Unidos de la primera mitad del siglo XIX. Esta filosofía sienta las bases para una concepción de la naturaleza en la que el ser humano empieza a verse como parte de la misma 
    Revisa el pensamiento específico de Thoreau para ver cuáles son sus aportaciones más originales 
    Muestra como la filosofía y estética del paisajismo inglés del siglo XVIII es la misma que más adelante da lugar al Park Movement (Movimiento por los parques) 

    El último capítulo estudia como aparece y toma fuerza el conservacionismo en España. 

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Walden, accesible en: http://webs.uvigo.es/consumoetico/textos/walden.pdf (2013-10-12)

Artículo de El País: http://elpais.com/diario/2004/08/26/revistaverano/1093471207_850215.html

miércoles, 9 de octubre de 2013

Emerson, R.W. (1836) Nature

Sesenta años después de declarar la independencia, la incipiente cultura estadounidense todavía se encontraba fuertemente influenciada por Europa. La tecnocracia filosófica asentada por Descartes, que había llevado a la atomización y deshumanización de las sociedades humanas (Turnbull, 1999) y a su conformidad irreflexiva y carente de crítica, comenzaba a ser cuestionada.

Estimulados por el romanticismo inglés y el alemán, la naciente crítica bíblica y el escepticismo, entre otras corrientes, personas como Ralph Waldo Emerson, Henry David Thoreau o Margaret Fuller generan una nueva tendencia denominada 
trascendentalismomovimiento filosófico que se desarrolló en la década de 1830 y 1840 en Nueva Inglaterra, EE.UU. Esta corriente defiende una apreciación no antropocéntrica de la naturaleza e insta a que, en palabras de Emerson, cada individuo encontrase “una relación original con el universo”. A su vez, estas mismas ideas tratan de dar un carácter genuinamente estadounidense esta nueva cultura, soltando amarras de la colonizadora cultura europea.
Nature (“Naturaleza”) es un ensayo escrito por el filósofo y poeta Ralph Waldo Emerson (1803-1882), publicado anónimamente en 1836. Este ensayo, base del trascendentalismo, sostuvo que la verdadera independencia del individuo se consigue con la intuición y la observación directa de las leyes de la naturaleza. Para Emerson, el ser humano cuando se encuentra en contacto con la naturaleza, haciendo uso de la intuición y la observación, es capaz de entrar en contacto con la energía cósmica, la fuente creadora de la vida, identificada como Dios –u orden– por los deístas, y como “totalidad” por los panteístas (Goodman, 2008).
Emerson siguió su éxito literario con otro famoso discurso titulado The American Scholar (“El escolar americano”). En este ensayo propugnaba que la educación se compone de tres influencias: la naturaleza, el pasado y los libros, y la acción. Así, sólo se puede entender la realidad a través del Estudio de la Historia Natural.

Texto en: 
Fotografías: Emerson, tomado de Wikipedia

Reyes Ruiz, F.J. (2013) 31 años de educación ambiental: de la documentación de angustias al necio combate

El profesor Francisco Javier Reyes Ruiz (Universidad de Guadalajara, México) escribe en el Boletín del Ceneam de este mes de ostubre de 2013: 31 años de educación ambiental: de la documentación de angustias al necio combate.

La Conferencia internacional sobre educación ambiental realizada en Tbilisi puede percibirse de manera contrastante; por un lado, se considera como un evento fundamental por su relevancia y aportes en la historia de la educación ambiental, por otro, es la muestra de cómo la manera de entender un término llega a imponerse desde los gobiernos y los organismos internacionales sin darle suficiente cabida a posturas teóricas y políticas de movimientos y pensadores críticos frente a los modelos predominantes de desarrollo económico. Pero más allá de apuntar este contraste, en este artículo se identifican y analizan algunas de las estrategias planteadas en Tbilisi para lograr el proceso de consolidación de la educación ambiental tanto a nivel nacional como internacional y, a partir de este reconocimiento, señalar algunos elementos generales que permitan evaluar los avances y pendientes al respecto. 
  
1. MAGIA FUNDACIONAL 
  
Placenta y linaje, la Conferencia de Tbilisi proyecta esa magia (y toda magia tiene mucho de ilusión) de los momentos fundacionales de la esperanza. Posee un pulso magnético que nos atrae con recurrencia. Tbilisi se convirtió, por extrañas razones, en palabra memorable, cuya fuerza se mantiene a pesar de ese desintegrador de huellas que es el tiempo. Así, Tblisi sigue hoy, a 31 años, contribuyendo no sólo a la discusión, sino a trazar itinerarios. Desde entonces, independientemente de cualquier balance, nos ha 
crecido la memoria, se nos ha definido el rostro y escudriñamos la realidad con ojos más extensos. 

Archipiélago de propuestas, el Informe Final estimuló energías afirmativas que han ayudado a no quedarnos parados en el limbo de la pasividad y la amargura. Nos ha permitido dejar de rumiar los males y ensayar antídotos frente al seductor remolino civilizatorio. Parte de su mérito es que estuvo lejos de ser juglar de catástrofes o heraldo de pesadillas; no invadió el imaginario social con infiernos ecológicos ni propagó nuevos mapas del desamparo universal. Tampoco prometió, y eso no es ventaja menor, que con la educación ambiental se puede arribar a sociedades de tarjeta postal o a una colección de espejismos inútilmente idílicos. 

La citada Conferencia se escapó de quedar aterida en el intersticio cómodo que hay entre la vacilación y la angustia. Tuvo en su momento la virtud de mostrar que la educación ambiental había sido casi muda, antes de los años setenta, no por ausencia de ideas ni por carecer de un incipiente edificio de pensamientos propios, sino debido a la falta de tribunas y de reflectores. Tbilisi es un parteaguas que nos da sentido, pero también sentimiento de pertenencia y nos permite palpar, como ducadores ambientales, esas raíces invisibles y reales, desde las cuales venimos creciendo. 

Una de las importantes cualidades de Tbilisi es que, me parece, planteó que la educación ambiental debe ser mucho más que una etapa de la historia de la pedagogía; que por encima de ello, sus principios deben convertirse en elementos constitutivos de la condición humana y no quedar sólo como una práctica curricular. Es decir, propone, de manera implícita, que la frontera no es el aparato certificador de la burocracia escolar, sino la vida misma; por la rotunda razón de que esta última es más grande y vasta y es a ella, finalmente, a la que debe rendirle cuentas la educación. 

[...]
Tengo la convicción de que estamos aún lejos de escribir epitafios para la educación ambiental o de comenzar a guardar sus cenizas. Pero si ésta cancela la viabilidad de su futuro y abre la puerta del olvido, no será por bulimia teórica y discursiva o porque la realidad aplaste su vértigo de acción; más bien su futuro le será cancelado cuando deje de ser un asunto entrañable para una colectividad de necios. El mundo se tendrá que acostumbrar a contar con nosotros; especialmente si nos aferramos a recorrer esos senderos, unos antiguos y otros nuevos pero siempre palpitantes, donde está la gente que nos hace educadores. 
[...]

Tomado de: http://www.magrama.gob.es/es/ceneam/articulos-de-opinion/2013-10-reyes-ruiz_tcm7-298885.pdf

viernes, 4 de octubre de 2013

Leopold A. (1949) A Sand County Almanac, and Sketches Here and There.

Aldo Leopold (1887-1948) fue un escritor estadounidense, científico y ecologista. Hizo hincapié en la importancia de la biodiversidad y la ecología y fue uno de los fundadores de la ciencia para la gestión de la fauna silvestre.

Este profesor de la Universidad de Wisconsin, es conocido especialmente por su libro póstumo, publicado en 1949 A Sand County Almanac, and Sketches Here and There (“Un almanaque del Condado de Sand, y bocetos de aquí y allá”) en el que desarrolla su novedosa propuesta ética medioambiental, ecológica, biocéntrica o “Ética de la tierra”, y su alegato por la preservación de la fauna tuvo un gran impacto en el naciente movimiento ecologista. Esta obra es una mezcla de Historia Natural, junto con descripciones de paisajes y pensamientos filosóficos con los que va dando cuerpo a una ética ecológica en la que llega a valorar que: “Una cosa está bien cuando tiende a preservar la integridad, estabilidad y belleza de la comunidad biótica. Es incorrecta cuando tiende a lo contrario”.

En 1933, Aldo Leopold esbozó su concepto de la ética de la conservación y señaló que la aceptación y formulación de principios éticos es en realidad “un proceso en la evolución ecológica”. “Sus secuencias –escribe Leopold– pueden describirse tanto en términos biológicos como filosóficos. Una ética, desde el punto de vista biológico, es una limitación de la libertad de acción en la lucha por la existencia. Una ética, desde el punto de vista filosófico, es una diferencia entre la conducta social y la antisocial. Estas son dos definiciones de una sola cosa. El origen de ésta es la tendencia de individuos o sociedades interdependientes a desarrollar formas de cooperación. El biólogo las denomina simbiosis. El hombre ha elaborado ciertas simbiosis superiores llamadas política y economía. (Buzzatti-Traverso, 1977)
Leopold afirma que las raíces de la crisis ecológica son fundamentalmente filosóficas, es decir, que se basan en la relación existente entre las personas y la tierra que habitan. Se muestra especialmente crítico con la falta de participación popular, la democracia delegada, la conservación en el entorno particular y con el hecho de que el Estado se convirtiese en el garante de la conservación de la naturaleza. Sus postulados van a tener influencia en diferentes disciplinas, como son el Derecho, la Sociología, la Economía, la Ecología, la Geografía, la Filosofía, etc.
A Sand County Almanac se convirtió, y sigue siendo, la piedra angular del movimiento ambiental de Norteamérica y del pensamiento y obras medioambientalistas modernas. Ayudó a establecer las bases de trabajos posteriores que pudieron impulsar al país hacia el despertar medioambiental de los años 1960 y 1970. Leopold puso en tela de juicio la búsqueda de la riqueza por sí misma. El valor de la búsqueda del progreso a costa del medio ambiente comenzó a ser cuestionado en serio en la década de 1950. El éxito de John Kenneth Galbraith con La sociedad opulenta, publicada en 1958, estuvo marcado por la asfixia producida por la contaminación atmosférica en varias ciudades de California, y Vance Packard, en su libro de 1960 Los fabricantes de residuos, dio la alarma contra la contaminación y su expansión. Sin embargo, el ambientalismo tomó los trabajos de una científica tranquila, elocuente [Rachel Carson], y de un burócrata alfabetizado ecológicamente [Steward Udall] para reorganizar realmente la ideología (Carter, 2010).

Imáges tomadas de Wikipedia.