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miércoles, 6 de marzo de 2013
Velásquez (2005): El medio ambiente, un recurso didáctico para el aprendizaje
(...) Es importante resaltar que el aprendizaje se realiza en la persona a través de su interacción con el medio ambiente, entendido este último comúnmente como “todo lo que nos rodea”, haciendo alusión a la naturaleza y sus recursos: agua, aire, suelo, flora y fauna.
A través de la historia ese concepto ha evolucionado y ha pasado a tener en cuenta elementos socio-culturales, donde se incluye al ser humano como ente biológico y social creador de cultura y desarrollo. Es así como se habla de medio ambiente natural y social que forman uno solo y están en permanente interacción.
El medio ambiente es, pues, “cualquier espacio de interacción y sus consecuencias entre la sociedad (elementos sociales) y la naturaleza (elementos naturales), en lugar y momento determinados”. Aprendizaje y medio ambiente están ligados por lazos muy fuer tes, pues no hay aprendizaje sin contacto e interacción con el entorno. De esta forma, el medio ambiente se constituye en un recurso didáctico para favorecer el aprendizaje dentro y fuera de la escuela. Vale la pena resaltar que cuando se habla de escuela no se refiere únicamente a la educación básica primaria, sino también a la secundaria, media y superior. Desde épocas anteriores grandes pedagogos y pensadores han utilizado el medio ambiente para favorecer un aprendizaje significativo y por ende, la formación de los individuos. María Montessori, por ejemplo, “no ignoraba que la mejor educación se realiza en contacto con el mundo real, que no excluyó de su sistema”. Por el contrario, introdujo “los ejercicios de la vida práctica (cultivo de plantas y cuidado de animales domésticos)”.
De igual forma, “insistió en la necesidad de adaptar el ambiente educativo a las proporciones y posibilidades de los niños. Así se podrá proteger a estas personalidades frágiles y adaptarlas poco a poco a un mundo inmenso y caótico”. El objetivo de la pedagogía de María Montessori era hacer que los jóvenes participaran
de manera activa dentro de la sociedad en la que vivían; por eso afirmaba que “durante la adolescencia el principio de trabajo se concibe como una experiencia fundamental en contacto con la naturaleza y la ‘supernaturaleza’ y como un medio de adaptación social. Experiencia y conocimiento de la tierra y de la naturaleza, pero también de las máquinas (tejedoras, calculadoras, impresoras), de la cultura general y de la civilización moderna”.
Vemos entonces cómo la educación de esta pedagoga era básicamente naturista, buscaba la utilización de los recursos naturales en los procesos de enseñanza-aprendizaje en la escuela, a la vez que desarrollaba valores socio-naturales que le permitieran a sus educandos una educación para y por la paz, generando así una verdadera formación integral.
Otro de los grandes pedagogos que basaba su educación en el conocimiento y utilización del medio ambiente era Juan Henrich Pestalozzi, quien enseñaba a los niños a leer y a escribir, pero a la vez, los iniciaba en tareas agrícolas como el cuidado del huerto familiar el hilado del algodón, así como también en tareas domésticas. (...)
Ovidio Decroly, al igual que Pestalozzi, promovía en los niños la observación de la naturaleza, sus fenómenos, avances e inconvenientes. Consideraba que “la escuela debería encontrarse en todo sitio donde esté la naturaleza, en todo sitio donde esté le vida, en todo sitio donde haya trabajo por hacer”.
Para Decroly la educación debería preparar a los niños para la vida y por la vida; por tal razón, afirmaba que “el niño no es lo que uno quiere, es lo que puede. Así pues, doptamos una base biológica, o más bien biopsíquica. La base biopsíquica demanda que hagamos conocer al niño su vida, su propio vida y las relaciones de ésta con el ambiente”. Uno de los aspectos más importantes que resaltaba Decroly, era la necesidad de introducir el estudio de la vida y la interacción del niño con el ambiente en los programas escolares.
Este pedagogo consideraba al “medio bajo una triple realidad: el medio no viviente (los elementos), el medio viviente (las plantas y los animales) y el medio humano (la familia, la escuela, la sociedad)”, 10 dándonos a entender que cuando se habla del medio ambiente no se refiere únicamente a lo natural, sino también, y como se mencionó anteriormente, a los factores y elementos de tipo social y cultural.
Decroly daba gran relevancia al medio rural y lo considera el clima educativo favorable para el surgimiento y desarrollo de tendencias necesarias en el niño, para lo cual era fundamental relacionar el medio escolar con el medio natural y las condiciones de vida simple, pero real.
“El medio ambiente rural más natural ofrecía oportunidades para la manifestación de las necesidades fundamentales: los museos, los cines, las comitivas, los escaparates (…), no reemplazan el grandioso espectáculo de la naturaleza, la metamorfosis prestigiosa de ésta en diversas estaciones, la contemplación diaria de las mudanzas del cielo, del campo y de los bosques; la constatación directa de la consecuencia del calor, del frío, del viento y de los aguaceros”.(...)
Juan Amos Comenio era otro de los pedagogos que promovía la enseñanza del medio ambiente y por eso sostenía que “la idea universal del arte de aprender y enseñar todas las cosas, no debemos ni podemos tomarle de otra parte que no sea de la enseñanza de la naturaleza. Sabiamente, decía Cicerón: “nunca erraremos si llevamos a la naturaleza por guía. –Y en otra parte- con la naturaleza por maestro no se puede errar en modo alguno”.
Observamos, entonces, cómo ese medio natural constituido por recursos como el agua, el aire, el suelo, la flora y la fauna, ofrecen conocimientos a quienes lo observan y exploran, constituyéndose así en un recurso didáctico que favorece la comprensión de la vida en general. Aunque no sólo el medio natural es recurso didáctico, también lo es el medio social, toda vez que nos permite comprender los hechos y fenómenos que se dan en cualquier sociedad y los elementos que la conforman.(...)
Juan Jacobo Rousseau sostiene que las sensaciones son la única base de los primeros conocimientos y nos invita diciendo: “haced que vuestro alumno dedique atención a los fenómenos de la naturaleza, y pronto despertaréis su curiosidad, pero para alimentarla no os deis prisa a satisfacerla. Poned a su alcance las cuestiones y dejad que las resuelva. Que no sepa algo porque se lo habéis dicho, sino porque lo haya comprendido él mismo; que invente la ciencia y no que la aprenda”.
Rousseau fue uno de los pedagogos que más resaltó la necesidad de educar al niño en el medio ambiente, toda vez que le permite conocer y comprender cómo funciona, dándole libertad en su aprendizaje de modo que tenga la posibilidad de desarrollar sus sentidos. Se resalta en este autor, el valor dado a la curiosidad del niño, si se tiene en cuenta que hoy por hoy, es un elemento indispensable en el proceso de formación de todo ser humano.(...)
En síntesis, la educación actual requiere de nuevos métodos y recursos de enseñanza, además de un docente con alto sentido de pertenencia por su profesión y con gran competencia creativa e innovativa.
El docente es el principal responsable de la formación de los estudiantes, por tal razón, debe hacer uso de recursos didácticos que faciliten dicho proceso y es aquí donde entra el medio ambiente en su totalidad a hacer parte de los procesos educativos.
De igual forma, la función del docente no es simplemente transmitir conocimientos, es también ayudar y guiar al educando en su proceso formativo, lo cual se puede lograr con la interacción constante entre el alumno y el medio que lo rodea, el cual puede utilizarse mediante salidas de campo que contribuyan a fortalecer la observación directa, el estudio de casos, la investigación y, ante todo, la relación teoría–práctica.
Finalmente, no se puede olvidar que la educación debe ser totalmente contextualizada y esto se logra en la medida en que se enfrenta al estudiante con su realidad, sus problemas y sus experiencias. De aquí surge el medio ambiente como un recurso didáctico para el aprendizaje.
Tomado de: Velásquez Sarria, Jairo Andrés. (2005). EL MEDIO AMBIENTE, UN RECURSO DIDÁCTICO PARA EL APRENDIZAJE. Revista Latinoamericana de Estudios Educativos (Colombia), Julio-Diciembre, 116-124.
Accesible en: http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/IndArtRev.jsp?iCveEntRev=1341&iCveNumRev=16845