Federico Mayor Zaragoza, escribe en el número extraordinario de la Revista de Educación de 2009, en el trabajo coordinado por M. Novo y M. A. Murga-Menoyo bajo el nombre de "Educar para el desarrollo sostenible". Este es el resumen de su aportación titulada: La problemática de la sostenibilidad en un mundo globalizado.
Los desafíos del desarrollo han sido abordados, en la segunda mitad del siglo XX, con la búsqueda de un modelo integral, endógeno y sostenible. Pero los intentos de llevar a la realidad estas propuestas, con sensibilidad ambiental y faz humana, no han dado los frutos esperados. Los actuales escenarios de un mundo globalizado expresan las enormes diferencias Norte/Sur, que dan cuenta del fracaso de las políticas de erradicación del hambre y de construcción de una paz duradera. El predominio de los países y grupos que controlan la economía está imponiendo una globalización asimétrica, tremendamente injusta, que ha traído al mundo a una crisis profunda. Si es peligroso que un sistema basado en la igualdad se olvide de la libertad, no lo es menos que un sistema basado en la libertad se olvide de la igualdad y la justicia. El desarrollo es un derecho humano y un imperativo ético. Pero es precisa la participación de la población en sus procesos sociales y en el tratamiento de los problemas ambientales. La insostenibilidad de nuestros modelos se hace patente cuando vemos que, junto a «la verdad incómoda» presentada por Al Gore sobre el cambio climático, tenemos entre nosotros otra verdad más incómoda todavía, la de la vida de la gente, de una gran parte de la población mundial que debe afanarse por sobrevivir en condiciones realmente adversas. El error que representa haber cambiado los valores democráticos (justicia social, igualdad, solidaridad…) por las leyes del mercado, exige un cambio de rumbo y una urgente decisión de proceder al «rescate» de la gente. Ha llegado el momento de la participación ciudadana, con la cual esta crisis podría convertirse en gran oportunidad. La educación juega, sin duda, un importantísimo papel en este proceso, contribuyendo a la transición esencial de las personas desde su condición (implícita o explícita) de súbditos a la de ciudadanos participativos.
Tomado de: Novo, M. y Muga-Menoyo, M.A. (2009)(coords.): Educar para el desarrollo sostenible. Revista de Educación. Número extraordinario. Ministerio de Educación y Ciencia. Madrid.
Capítulo completo accesible en: http://www.revistaeducacion.mec.es/re2009_02.htm
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lunes, 26 de marzo de 2012
miércoles, 21 de marzo de 2012
Gutiérrez y Benayas: Educación para el desarrollo sostenible: fundamentos, programas e instrumentos para la década (2005-2014)
[...] Si la historia no progresa es porque se reiteran las guerras, se multiplican las multinacionales que las sostienen, y se mantienen los gobiernos que las apoyan. Lo que sí cambia son los problemas del nuevo siglo, pues tanto sus causas como la naturaleza de sus orígenes son de distinta cualidad y naturaleza a los acontecimientos del pasado siglo. También la magnitud y la intensidad de sus manifestaciones ha sufrido modificaciones: desigualdad exponencial, cambio climático, agotamiento de los recursos, pérdida de la biodiversidad natural y cultural, alteración de los ciclos naturales, contaminación de los ecosistemas marítimos y continentales... Hoy el pensamiento sostenible exige rigor en los compromisos sociales, en igual medida que la que se invierte en los compromisos estrictamente naturales; atender las demandas del medio ambiente ya no es una cuestión de interés exclusivo por los valores singulares de la flora y de la fauna exótica de unos paraísos naturales perdidos.
Tras las Cumbres Mundiales del Medio Ambiente y el Desarrollo de Río de Janeiro (1992) y de Johannesburgo (2002), se sentaron las bases conceptuales y programáticas del legado de cambios necesarios, que, en materia de medio ambiente, había que traspasar de la década saliente a la década entrante en el umbral del milenio. Se supone que el discurso de la sostenibilidad surge con estas buenas intenciones, y también se supone que, además de nuevas palabras, nos debería traer nuevas ideas, nuevos programas y nuevas promesas. Atendiendo a estas recomendaciones, la Unesco decidió impulsar el Decenio de la Educación para el Desarrollo Sostenible (2005-2014),como un instrumento programático orientado a coordinar acciones, a promover iniciativas, a desarrollar programas y a incentivar instrumentos sociales que contribuyeran a reducir los problemas socioambientales del presente, y a paliar sus causas. El Desarrollo Sostenible aparece como uno de los ocho grandes desafíos de la humanidad, tal como lo recoge el Informe sobre los Objetivos del Milenio. Establecer alianzas internacionales supone un primer paso importante para abordar los grandes problemas del presente, pero no basta con ello; necesitamos utopías programa (en términos de Aranguren) que atiendan estos ideales con la precisión instrumental que requieren.
[...]
Extraído de: Revista Iberoamericana de Educación Número 40: Enero-Abril, 2006. Educación para el Desarrollo Sostenible: Fundamentos, Programas e Instrumentos Para La Década (2005-2014) (I). Accesible en: http://www.rieoei.org/rie40a00c.htm
La década avanza en tiempo real. Ahora que ya estamos plenamente instalados en el nuevo siglo, en el siglo que algunos científicos como Ramón Margaleff, artistas como Eduardo Chillida, literatos como Günter Gras, políticos como Al Gore, teólogos como Leonardo Boff, o naturalistas como Joaquín Araujo, han catalogado como el Siglo de la Ecología, seguimos buscando ideas motrices que nos permitan construir mundos a nuestra medida, mundos pensados y construidos a escala humana, y escalas humanas dotadas de instrumentos tecnológicos, científicos y artísticos para cambiar el mundo que tenemos sin destruir el que deseamos.
Es muy posible que el discurso de la sostenibilidad se haya instalado con estas intenciones, pero hemos de exigirle resultados, evidencias y pruebas convincentes. Con el eslogan Decenio de la Educación para el Desarrollo Sostenible, se pretende avanzar hacia modelos de organización social, económica y política más igualitarios y equitativos, más ecológicos, más humanos, más desarrollados y solidarios. Esta es una de las principales razones que ha llevado a la UNESCO a promover y a impulsar un tratamiento sostenido de dichas ideas a lo largo de toda una década (2005-2014).
Pero, entre la retórica de las palabras y la liturgia de los ritos, cabe el riesgo de que se nos pase otra década templando gaitas, es decir, construyendo ecobarómetros, ecotermómetros y clepsidras para ver pasar el tiempo, sin analizar las causas de los problemas socioambientales que hay detrás del modelo de civilización que estamos construyendo entre todos. ¡No seamos ingenuos! Los problemas ambientales no son responsabilidad de los ciclos naturales ni de los cambios termodinámicos, climáticos o geológicos producidos a través de una visión animista de corte aristotélico clásico. Los cambios ambientales tienen un origen social, son fruto de las acciones del ser humano y de sus construcciones científicas y tecnológicas, que interaccionan y que modifican el medio físico y sus sistemas en sentidos positivo o negativo, con resultados imprevisibles a largo plazo.
Tener en nuestras manos las semillas del futuro y disponer de parcelas abonadas para sembrar las bases de las sociedades posibles, son tareas que nadie puede emprender en solitario desde su casa, desde su empresa o desde su despacho personal. Las alianzas, las convenciones y las celebraciones son necesarias y pueden contribuir a ello, siempre y cuando sean planificadas, construidas y ejecutadas desde el mismo soporte de participación y de implicación que requieren sus acciones a distintos niveles. La responsabilidad moral y colectiva que encarnan los organismos de gestión internacional es incalculable. Su pedagogía va más allá de la imagen pública que transmiten, pues suponen un referente que marca pautas en las que puedan reflejarse. Las voces de renovación que se vienen escuchando en los últimos años en el campo de la sustentabilidad, han de trasladarse y deben ocupar espacios para llegar a ser algo más que voces de la mente (en el sentido que les da Bruner), y pensamientos volátiles en la mente de sus actores.
Extraído de: Revista Iberoamericana de Educación Número 41: Mayo-Agosto, 2006. Educación para el Desarrollo Sostenible: Fundamentos, Programas e Instrumentos Para La Década (2005-2014) (II). Accesible en: http://www.rieoei.org/rie41a00c.htm
Tras las Cumbres Mundiales del Medio Ambiente y el Desarrollo de Río de Janeiro (1992) y de Johannesburgo (2002), se sentaron las bases conceptuales y programáticas del legado de cambios necesarios, que, en materia de medio ambiente, había que traspasar de la década saliente a la década entrante en el umbral del milenio. Se supone que el discurso de la sostenibilidad surge con estas buenas intenciones, y también se supone que, además de nuevas palabras, nos debería traer nuevas ideas, nuevos programas y nuevas promesas. Atendiendo a estas recomendaciones, la Unesco decidió impulsar el Decenio de la Educación para el Desarrollo Sostenible (2005-2014),como un instrumento programático orientado a coordinar acciones, a promover iniciativas, a desarrollar programas y a incentivar instrumentos sociales que contribuyeran a reducir los problemas socioambientales del presente, y a paliar sus causas. El Desarrollo Sostenible aparece como uno de los ocho grandes desafíos de la humanidad, tal como lo recoge el Informe sobre los Objetivos del Milenio. Establecer alianzas internacionales supone un primer paso importante para abordar los grandes problemas del presente, pero no basta con ello; necesitamos utopías programa (en términos de Aranguren) que atiendan estos ideales con la precisión instrumental que requieren.
[...]
Extraído de: Revista Iberoamericana de Educación Número 40: Enero-Abril, 2006. Educación para el Desarrollo Sostenible: Fundamentos, Programas e Instrumentos Para La Década (2005-2014) (I). Accesible en: http://www.rieoei.org/rie40a00c.htm
La década avanza en tiempo real. Ahora que ya estamos plenamente instalados en el nuevo siglo, en el siglo que algunos científicos como Ramón Margaleff, artistas como Eduardo Chillida, literatos como Günter Gras, políticos como Al Gore, teólogos como Leonardo Boff, o naturalistas como Joaquín Araujo, han catalogado como el Siglo de la Ecología, seguimos buscando ideas motrices que nos permitan construir mundos a nuestra medida, mundos pensados y construidos a escala humana, y escalas humanas dotadas de instrumentos tecnológicos, científicos y artísticos para cambiar el mundo que tenemos sin destruir el que deseamos.
Es muy posible que el discurso de la sostenibilidad se haya instalado con estas intenciones, pero hemos de exigirle resultados, evidencias y pruebas convincentes. Con el eslogan Decenio de la Educación para el Desarrollo Sostenible, se pretende avanzar hacia modelos de organización social, económica y política más igualitarios y equitativos, más ecológicos, más humanos, más desarrollados y solidarios. Esta es una de las principales razones que ha llevado a la UNESCO a promover y a impulsar un tratamiento sostenido de dichas ideas a lo largo de toda una década (2005-2014).
Pero, entre la retórica de las palabras y la liturgia de los ritos, cabe el riesgo de que se nos pase otra década templando gaitas, es decir, construyendo ecobarómetros, ecotermómetros y clepsidras para ver pasar el tiempo, sin analizar las causas de los problemas socioambientales que hay detrás del modelo de civilización que estamos construyendo entre todos. ¡No seamos ingenuos! Los problemas ambientales no son responsabilidad de los ciclos naturales ni de los cambios termodinámicos, climáticos o geológicos producidos a través de una visión animista de corte aristotélico clásico. Los cambios ambientales tienen un origen social, son fruto de las acciones del ser humano y de sus construcciones científicas y tecnológicas, que interaccionan y que modifican el medio físico y sus sistemas en sentidos positivo o negativo, con resultados imprevisibles a largo plazo.
Tener en nuestras manos las semillas del futuro y disponer de parcelas abonadas para sembrar las bases de las sociedades posibles, son tareas que nadie puede emprender en solitario desde su casa, desde su empresa o desde su despacho personal. Las alianzas, las convenciones y las celebraciones son necesarias y pueden contribuir a ello, siempre y cuando sean planificadas, construidas y ejecutadas desde el mismo soporte de participación y de implicación que requieren sus acciones a distintos niveles. La responsabilidad moral y colectiva que encarnan los organismos de gestión internacional es incalculable. Su pedagogía va más allá de la imagen pública que transmiten, pues suponen un referente que marca pautas en las que puedan reflejarse. Las voces de renovación que se vienen escuchando en los últimos años en el campo de la sustentabilidad, han de trasladarse y deben ocupar espacios para llegar a ser algo más que voces de la mente (en el sentido que les da Bruner), y pensamientos volátiles en la mente de sus actores.
lunes, 19 de marzo de 2012
Memorias para armar: 24 de marzo 1976/2012 (Argentina)
A Fernando Ríos le conocí en el 6º Congreso Iberoamericano de Educación Ambiental, en 2009. Formaba parte de la organización de la mesa en la que yo participaba. Me gustó mucho su ponencia en la que unía enseñanza artística y educación ambiental y, a partir de pedírsela en la jornada final, de vez en cuando tenemos noticias el uno del otro. Las tuve de la Confint, donde participó con su centro escolar. Hablamos hace poco de ello y de su posible continuidad, por cierto. Las tuve de sus exposiciones. Y las tengo ahora de otro éxito suyo.
viernes, 9 de marzo de 2012
SCEA: Fora de classe. Guia de criteris de qualitat per a les activitats d'educació ambiental
Los amigos y amigas de la SCEA, la Sociedad Catalana de Educación Ambiental, han sacado Fora de classe. Guia de criteris de qualitat per a les activitats d'educació ambiental, un material cuasi coral, de trabajo cooperativo entre diversas personas y grupos que trabajan en educación ambiental y que tuvieron la idea/necesidad de reflexionar sobre la calidad de las actividades que se ofrecían bajo el paraguas de la educación ambiental.
El material aporta 30 criterios de calidad de actividades de educación ambiental, recursos de actividades, malas prácticas, ayuda para el diseño de actividades, vocabulario y una buena relación bibliográfica.
Este es el vídeo de presentación:
Estos son los 30 criterios que ofrecen:
Respecto a objetivos, contenidos y finalidades
• Que los objetivos estén definidos.
• Que los objetivos respondan a las necesidades de quien aprende.
• Que los contenidos estén definidos.
• Que los contenidos que se trabajan sean actuales y socialmente significativos.
• Que la actividad contemple el aprendizaje como un proceso socializador.
• Que trabaje diferentes escenarios de futuro.
• Que tenga en cuenta la complejidad.
• Que se vincule con la vida cotidiana de los participantes.
Respecto a método
• Que la actividad utilice estrategias de participación.
• Que promueva el aprendizaje cooperativo.
• Que facilite el pensamiento crítico.
• Que utilice diferentes técnicas y métodos para facilitar la adaptación a diferentes realidades y grupos.
• Que el proceso de aprendizaje esté secuenciado.
• Que esté orientada a la acción.
• Que trabaje las emociones y la afectividad.
• Que provoque la construcción teórica a partir de la práctica.
Respecto a evaluación
• Que la evaluación sea una necesidad del proceso de aprendizaje.
• Que la actividad incorpore instrumentos de medida que permitan regularla y evaluarla.
• Que presente espacios para facilitar el aprendizaje personal y facilite la autoevaluación.
• Que se evalúen los objetivos.
Respecto a recursos
• Que los recursos que se utilicen faciliten el desarrollo de la actividad.
• Que la creación y el uso de los recursos sean coherentes con los criterios de sostenibilidad.
• Que la actividad utilice con cuidado datos e informaciones.
• Que el recurso permita la diversidad de ritmos de aprendizaje.
Respecto a territorio
• Que la actividad esté contextualizada en el espacio y en el tiempo.
• Que fomente el vínculo afectivo con el territorio cercano.
• Que se desarrolle en el lugar idóneo para ser llevada a cabo, teniendo en cuenta criterios de sostenibilidad.
Respecto a organización y planificación
• Que exista un trabajo conjunto entre el responsable del grupo y el responsable de la actividad.
• Que la ratio de alumnos / educadores sea la adecuada según la tipología de la actividad y las características del grupo.
• Que la actividad esté bien descrita.
Material completo en: http://www.scea.cat/documents/fora%20de%20classe/Foradeclasse_baixa.pdf
El material aporta 30 criterios de calidad de actividades de educación ambiental, recursos de actividades, malas prácticas, ayuda para el diseño de actividades, vocabulario y una buena relación bibliográfica.
Este es el vídeo de presentación:
Estos son los 30 criterios que ofrecen:
Respecto a objetivos, contenidos y finalidades
• Que los objetivos estén definidos.
• Que los objetivos respondan a las necesidades de quien aprende.
• Que los contenidos estén definidos.
• Que los contenidos que se trabajan sean actuales y socialmente significativos.
• Que la actividad contemple el aprendizaje como un proceso socializador.
• Que trabaje diferentes escenarios de futuro.
• Que tenga en cuenta la complejidad.
• Que se vincule con la vida cotidiana de los participantes.
Respecto a método
• Que la actividad utilice estrategias de participación.
• Que promueva el aprendizaje cooperativo.
• Que facilite el pensamiento crítico.
• Que utilice diferentes técnicas y métodos para facilitar la adaptación a diferentes realidades y grupos.
• Que el proceso de aprendizaje esté secuenciado.
• Que esté orientada a la acción.
• Que trabaje las emociones y la afectividad.
• Que provoque la construcción teórica a partir de la práctica.
Respecto a evaluación
• Que la evaluación sea una necesidad del proceso de aprendizaje.
• Que la actividad incorpore instrumentos de medida que permitan regularla y evaluarla.
• Que presente espacios para facilitar el aprendizaje personal y facilite la autoevaluación.
• Que se evalúen los objetivos.
Respecto a recursos
• Que los recursos que se utilicen faciliten el desarrollo de la actividad.
• Que la creación y el uso de los recursos sean coherentes con los criterios de sostenibilidad.
• Que la actividad utilice con cuidado datos e informaciones.
• Que el recurso permita la diversidad de ritmos de aprendizaje.
Respecto a territorio
• Que la actividad esté contextualizada en el espacio y en el tiempo.
• Que fomente el vínculo afectivo con el territorio cercano.
• Que se desarrolle en el lugar idóneo para ser llevada a cabo, teniendo en cuenta criterios de sostenibilidad.
Respecto a organización y planificación
• Que exista un trabajo conjunto entre el responsable del grupo y el responsable de la actividad.
• Que la ratio de alumnos / educadores sea la adecuada según la tipología de la actividad y las características del grupo.
• Que la actividad esté bien descrita.
Material completo en: http://www.scea.cat/documents/fora%20de%20classe/Foradeclasse_baixa.pdf
jueves, 1 de marzo de 2012
Melendro, Murga y Cano (coords.): IDEAS Iniciativas De Educación Ambiental para la Sostenibilidad
Ha salido hace poco este nuevo libro en que que mi colaboración se suma a la de personas viejas conocidas, grandes amistades y otras ilustres firmas.
El amigo Miguel Melendro de la UNED nos convocó a perpetar esta suma de IDEAS, con mayúsculas y acrónimo de Iniciativas De Educación Ambiental para la Sostenibilidad.
Motivados por el compromiso de consolidar y dar a conocer la Agenda 21 Educativa, su modelo teórico y sus realizaciones prácticas, se ofrece una "obra coral académicos y profesionales hemos sumado nuestras complementarias fortalezas en un trabajo que, sin olvidar los marcos teóricos, enfatiza nítidamente la idea de que, como en tantas otras facetas de la vida, en cuestiones de sostenibilidad 'el reto es actuar' ", tal y como reza en la presentación. Miguel junto con Mª Ángeles Murga y Antonio Cano conforma el equipo coordinador del proyecto del que podéis ver índice y presentación aquí.
En el marco de la educación ambiental para el desarrollo sostenible, este libro pretende contribuir al obligado balance de situación ante el evento que tendrá lugar el año próximo, en Río de Janeiro, al cumplirse dos décadas de su papel como sede de la primera Cumbre de la Tierra. El Programa 21 y su concreción, la Agenda 21, prometedores frutos de aquella reunión mundial, vienen ofreciendo desde entonces una guía indiscutible en el camino hacia la sostenibilidad de nuestros pueblos y ciudades.
María Novo prologa el texto.
Un abrazo desde aquí para Miguel, María N., Mª Ángeles, Mª José, Marisol, María S., David, Inma, Javier, Lucía, Leandro, Paula, Idoia, Eva y Jose Ramón, por ofrecer buenas IDEAS.
MELENDRO ESTEFANÍA, Miguel; MURGA MENOYO, Mª Ángeles y CANO PÉREZ, Antonio (coords.) (2011): IDEAS. Iniciativas De Educación Ambiental para la Sostenibilidad. Editorial UNED. Madrid.